Cristalmina; para heridas superficiales

Prefiero ser una de esas famosas, de las que se operan y pasan su cuarentena de recuperación en un hotel de muchas estrellas. De las que todos sus conocidos están expectantes de sus pequeñitos retoques mientras ellas siguen limpiando una y otra vez sus gafas de sol mirando su desayuno continental. Prefiero jurar ante mi manager de Elite que no me comeré las uñas antes que quedarme sin un contrato de locura y romperé con mis viejas amistades por clasista. No me perderé ni una sola fiesta y juro recorrer todas las tiendas los viernes por la tarde buscando el gran modelito, el que sea un cruce entre Audrie Hepburn y la más guarra de la ciudad.

Seguiré las leyes mas básicas:

-no saludar al portero y sonreír al que tiene la coca
-salir a pasear a mi caniche con bambas de charol
-desaparecer los domingos solo por ser cool y
-pasar de aburridos rollos políticos porque mi posición social me lo permite.

De vez en cuando llorare, pero solo si esta lloviendo sino hay cosas mas importantes que hacer, ya se sabe que una famosa de este tipo debe saber contenerse de sus caprichos. Mi teléfono móvil será la base de datos mas in de la ciudad y borrare todos los mensajes de amor o desamor que me acerquen a los estúpidos comportamientos de la plebe. Seré mujer de hielo o mejor aun, mujer inalcanzable, tanto por su egocéntrica verborrea como por su enfermiza superficialidad. Me fumare un cigarrillo tras otro en la camilla del hospital, me operaran con los zapatos de la ultima temporada de Yves Sant Lauren, llenare la habitación de kleenexs usados y barbitúricos y le pediré a la enfermera que me saque fotos de las partes del cuerpo que mi cirujano a pintado con rotulador rojo, para reírme después de lo efímeros que resultan los defectos de mi cuerpo.

Y no, nadie nunca pronunciara esa odiosa frase: "antes parecía mas feliz"