In se pierde cada vez que sube a un ascensor, se vuelve loca apretando todos los botones esperando llegar a un piso escondido en alguna esquina del edifico. In se desmorona cada vez que se abren las puertas y lo único que ve es una vez mas el mismo piso con los mismos extras perdidos por el pasillo, en momentos como ese suele coger un chicle de su bolso, su sabor le recuerda un montón de escenas cursis que le quitan el mono de afecto. In sale del ascensor y se pierde mientras su boca saluda a todo el mundo, ¡Qué zapatos mas bonitos! Es lo único que ha escuchado mientras se alejaba de todos, ahora In es unos zapatos bonitos, ahora In vuelve a ser solo algo bonito, que aburrido. In se sienta y vuelve a subirle por la espalda el frío de los lunes por la mañana, a su lado alguien se come una manzana, y le cuenta su propia opinión sobre Michel Jackson, el numero 13 y algo sobre Venezuela, In no entiende nada, se pregunta en que sitio ha estado recluida todo el fin de semana para no entender absolutamente nada de lo que le dicen, hace memoria, se esfuerza y entonces cae en ello: secuestrada entre unas sabanas, bailando encima de una cama, gritando letras de canciones, ahogándose entre beso y beso… En fin feliz en un paréntesis que se encontraba entre parrafadas y parrafadas que todos llaman días laborables.