Technicolor
He decidido abortar esta misión, rendirme y plantar la bandera en mi balcón, saludar con la mano a la vecina y decirle que este es mi territorio y que el de allí, ese que quería conquistar ayer, me supera, tanto que he decidido borrarlo todo, empezar de nuevo… Ella me mira como si estuviera loca, se ríe y se pone a colgar la ropa de nuevo, ¿porque me odiara tanto esta mujer? En el fondo nos parecemos demasiado, las dos intentamos creer que nada nos aburre, pero no funciona, no hay manera de intentar disfrutar las pequeñas cosas (dicen que el hombre que se inventó esta estupidez aun esta encerrado en su habitación, le da miedo que le reconozcan por la calle y no paren de darle palizas). Como lo de Technicolor, que intentaban vendernos historias de amor en color cuando en realidad eran dramas en blanco y negro, por mas filtros que le pusieran no iban a engañarnos, en el fondo siguen siendo tristes historias de amor.
2 Comments:
At 1:39 p. m., Anónimo said…
¡Claro que se puede disfrutar de las pequeñas cosas! Por qué crees que los GNOMOS son tan FELICES. ¡Los pitufos! Los... insectos
At 11:22 a. m., pab said…
Creo que todo empezó con el sonido del silencio y el olor de las nubes, Amelie Poulain y los condenados bolsitos de Pucca.
Ya no hay glamour en los viejos tejados de las ciudades.
Abusaron de él publicistas glotones sin pensar que algún día nos haría falta y ahora todos tenemos que pagar su insentatez.
Y nos nos miramos los pies en la estacion del metro maldiciendo al compás del neón que parpadea.
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