sábado, enero 22, 2005
Cuando lo mas bonito que te dice es que eres una niña loca, cuando te clava la mirada y te pide que intentes besarle sin reírte, cuando juega a buscar todos los vértices de tu cuerpo, lo único que te apetece hacer es cubrirte con la manta y construir allí dentro una casa. Sin muebles, sin baño, sin cocina para cocinar cosas incomibles y esperar, esperar a que no se haga tan duro. A que alguien dispare al sol como al final de la escapada y que así, de golpe, se termine todo, nos quedemos a oscuras y puedas salir de puntillas de debajo de la manta hasta casa y allí bailar con arab strap mientras gritas para que venga tu madre y puedas contarle todo lo que te dice y decida ir a su casa a darle una paliza por el daño que te hace.
jueves, enero 20, 2005
Mis horas bajas
Te ríes de mí,
me lo ha dicho el cartero mientras me daba una carta certificada, al pobre le ha sabido mal tener que verme llorando, al final incluso me ha hecho la comida y ha avisado a los vecinos de que no hicieran demasiado ruido y que por favor encendieran las cámaras para vigilarme por si no dormía las horas suficientes.
Si, te ríes de mí,
también lo saben esos niños que juegan en la plaza donde vivo, hoy no me han pasado la pelota para que hablara un rato con ellos, se han quedado quietos y mirándome fijamente me han prometido que de mayores no quieren ser como tu.
Te ríes,
pero no me importa, porque me muero de alegría de pensar que algún día ya no me preocupará saber que existes en otro lugar.
Te ríes,
te ríes sin pensar que a lo mejor todo lo que hago es fruto de todo eso que nunca te has atrevido a decirme, que soy una plumita que sueña con que alguien la coja y la sople para que retome una carretera mejor, y si puede ser, puestos a pedir, una autopista, oscura, que no termine y si termina que sea con un bonito final, con gente esperando con pancartas y gritando que por una vez en la vida he ganado algo, ya se que después todo se resumirá en abrazos y palabras y sé que al final volveré estar en esta habitación escribiendo estupideces y pensando que deseo que el sábado todos los bares de la ciudad se declaren en huelga, simplemente porque a mi no me apetecerá salir, y ya sabes que no hay nadie que mueva el cuerpo clavándose los vértices de las miradas de los demás como yo. Y que el domingo no sea mas que otro día de la semana, que nadie desee reunirse, que todo el mundo sienta apego a sus peores desgracias, ya sea no ser constante sacando la basura o dando besos en la frente a esa persona que se acuesta a su lado y que simplemente empiezan a odiar, que todo el mundo sienta un deseo irrefrenable de doblar bien todas las camisas que hay en el armario, cuidadosamente, primero el cuello luego los brazos y acabar esa triste coreografía doblando el cuerpo y con la cadencia mas triste del mundo devolverla al armario, eso si, como si se tratara de una nueva oportunidad a no ser vencidas por las arrugas de ese oscuro rincón, en el mismo en el que me escondo cuando me dices que estas ocupado, planeando como derribar con piedras todos esos edificios que crees que te tapan el sol en tu habitación, cuando salgo te pregunto si no te has cansado de intentarlo y te encuentro recolectando canciones que todo el mundo sabe que están pasadas de moda, pero a ti te gustan y de golpe estoy en el espejo de mi baño cantando de memoria sus estúpidas letras, mientras oigo que te ríes de mi, mientras oigo que te ríes una y otra vez de mi, de esa pequeña mi, de eso que es lo único que aun parecía pertenecerme…
me lo ha dicho el cartero mientras me daba una carta certificada, al pobre le ha sabido mal tener que verme llorando, al final incluso me ha hecho la comida y ha avisado a los vecinos de que no hicieran demasiado ruido y que por favor encendieran las cámaras para vigilarme por si no dormía las horas suficientes.
Si, te ríes de mí,
también lo saben esos niños que juegan en la plaza donde vivo, hoy no me han pasado la pelota para que hablara un rato con ellos, se han quedado quietos y mirándome fijamente me han prometido que de mayores no quieren ser como tu.
Te ríes,
pero no me importa, porque me muero de alegría de pensar que algún día ya no me preocupará saber que existes en otro lugar.
Te ríes,
te ríes sin pensar que a lo mejor todo lo que hago es fruto de todo eso que nunca te has atrevido a decirme, que soy una plumita que sueña con que alguien la coja y la sople para que retome una carretera mejor, y si puede ser, puestos a pedir, una autopista, oscura, que no termine y si termina que sea con un bonito final, con gente esperando con pancartas y gritando que por una vez en la vida he ganado algo, ya se que después todo se resumirá en abrazos y palabras y sé que al final volveré estar en esta habitación escribiendo estupideces y pensando que deseo que el sábado todos los bares de la ciudad se declaren en huelga, simplemente porque a mi no me apetecerá salir, y ya sabes que no hay nadie que mueva el cuerpo clavándose los vértices de las miradas de los demás como yo. Y que el domingo no sea mas que otro día de la semana, que nadie desee reunirse, que todo el mundo sienta apego a sus peores desgracias, ya sea no ser constante sacando la basura o dando besos en la frente a esa persona que se acuesta a su lado y que simplemente empiezan a odiar, que todo el mundo sienta un deseo irrefrenable de doblar bien todas las camisas que hay en el armario, cuidadosamente, primero el cuello luego los brazos y acabar esa triste coreografía doblando el cuerpo y con la cadencia mas triste del mundo devolverla al armario, eso si, como si se tratara de una nueva oportunidad a no ser vencidas por las arrugas de ese oscuro rincón, en el mismo en el que me escondo cuando me dices que estas ocupado, planeando como derribar con piedras todos esos edificios que crees que te tapan el sol en tu habitación, cuando salgo te pregunto si no te has cansado de intentarlo y te encuentro recolectando canciones que todo el mundo sabe que están pasadas de moda, pero a ti te gustan y de golpe estoy en el espejo de mi baño cantando de memoria sus estúpidas letras, mientras oigo que te ríes de mi, mientras oigo que te ríes una y otra vez de mi, de esa pequeña mi, de eso que es lo único que aun parecía pertenecerme…
miércoles, enero 19, 2005
Puerta de Salida
A veces dejamos que las pausas duren demasiado, tanto que se enfrían esas letras que estaban a punto de derramarse por nuestra boca, la cerramos, decimos adiós a regañadientes y nos escapamos por la puerta mas cercana. A veces es gratificante echar de menos a alguien pero supongo que no podemos pasarnos la vida llorando a los que ya no están o a los que nunca aparecieron porque quizás la mejor decisión que tomaron en su vida fue escaparse por la puerta más cercana.
lunes, enero 17, 2005
Mi gran duelo
Esta todo debajo de la alfombra, los calcetines que alguna noche te dejaste, tu cepillo de dientes, una foto borrosa, un par de discos con nombres impronunciables, esas braguitas que solo me dejabas ponerme los viernes, tus apuntes, tu guitarra, una palabra obscena, un libro de la generación beat con las paginas llenas de café y tu correa preferida para sacarme a pasear. Cuando quieras puedes pasar a recogerlo, cuando quieras puedes entrar y sin mirarme levantar la alfombra, sin mirarme, como hiciste la última vez que me empujaste a la cama para sacudirme. Tranquilo, recuerdo nuestro trato, no voy a decirte nada, no me apetece un duelo con unas pistolas tan pequeñas, me parece ridículo. Ahora todo parece irme mejor, al menos ahora no me importa que no me miren mientras me pierdo en alguna cama de una gran ciudad, y digo que va mejor porque ahora al menos yo también puedo marcar puntos en esta partida, es algo limpio, un uno contra todos. Y cuando vuelvo a casa oliendo a alguien me siento en las escaleras antes de entrar y como ese personaje de ese libro que nunca quisiste leer busco en el bolso las llaves y siempre me encuentro las medias que hace unas horas olían a limpio, porque como ella recuerdo que es ridículo volver a casa con las medias puestas de nuevo, como el viejo Bird, el nunca recargaría las pistolas después de un duelo, ya ves ahora me tomo los duelos en serio, y he pegado tantos tiros como he podido al vacío pensando que a lo mejor salías de casa en ese momento y por casualidad alguno te daba, pero no hay manera, me estoy quedando sin balas y sin ganas de jugar para ganarte.
sábado, enero 15, 2005
I Pull Them Apart
A- Sube las escaleras.
B- ¿Para que?
A- Aqui arriba lo veras todo mas bonito.
B- ¿Pero que hay que ver?
A- Como nadie se acuerda de ti mientras pasea por la calle.
B- ¿Y eso es bonito?
A- Claro que si, no quiero que nadie piense en ti...
podrian hacerte daño
B- ¿Para que?
A- Aqui arriba lo veras todo mas bonito.
B- ¿Pero que hay que ver?
A- Como nadie se acuerda de ti mientras pasea por la calle.
B- ¿Y eso es bonito?
A- Claro que si, no quiero que nadie piense en ti...
podrian hacerte daño
jueves, enero 13, 2005
2 mil 5
Quién da más por el 2005?
¿Nadie?
¡Pues bien, el 2005 queda adjudicado!
Señores nos quedamos en el 2004 de nuevo
…
Y entonces ella despertó de ese maravilloso sueño
¿Nadie?
¡Pues bien, el 2005 queda adjudicado!
Señores nos quedamos en el 2004 de nuevo
…
Y entonces ella despertó de ese maravilloso sueño
miércoles, enero 12, 2005
Kaufman presenta...
Te levantas y descubres que tienes un mensaje en el contestador:
-Hola soy yo, ya se que no se puede hacer nada, pero quería que supieras que mi padre ha muerto…
Gracias Kaufman, esta vez el inicio de un nuevo capítulo de mi vida te ha salido redondo, el interés del público esta asegurado, no hay posibilidad de aburrimiento, se promete un giro terminado en cenital. Pero otra vez prueba con mi vecina, que creo que necesita nuevas emociones en su vida. Mi explotación como personaje dramático hace demasiado que dura, déjame interpretar alguna comedia, te prometo que esta vez lo haré lo mejor posible, te lo prometo.
-Hola soy yo, ya se que no se puede hacer nada, pero quería que supieras que mi padre ha muerto…
Gracias Kaufman, esta vez el inicio de un nuevo capítulo de mi vida te ha salido redondo, el interés del público esta asegurado, no hay posibilidad de aburrimiento, se promete un giro terminado en cenital. Pero otra vez prueba con mi vecina, que creo que necesita nuevas emociones en su vida. Mi explotación como personaje dramático hace demasiado que dura, déjame interpretar alguna comedia, te prometo que esta vez lo haré lo mejor posible, te lo prometo.
martes, enero 11, 2005
El profesor Taltomar
-¿Usted sabe quién es el profesor Taltomar?
-¿Es un profesor tuyo?
-Más o menos. No está en la escuela
-¿No?
-Siempre está al borde de un campo de fútbol, justo detrás de la portería. Estamos juntos allí los dos. Y miramos ¿comprende?
-Sí
-Pues bien, quería decir que de vez en cuando alguien chuta, y la pelota acaba fuera, detrás de la portería, pasa incluso cerca de nosotros, a veces, y luego se detiene un poco más allá. Entonces, el portero, generalmente, da algunos pasos fuera del campo, nos ve y grita: la pelota, por favor, la pelota, gracias. Y el profesor Taltomar nunca se mueve, sigue mirando el campo, como si nada hubiera pasado. Decenas de veces ha ocurrido eso, y nosotros nunca hemos ido a buscar esa pelota ¿comprende?
-Sí
-¿Sabe?, el profesor y yo no es que hablemos mucho, miramos y punto, pero un día me decidí y se lo pregunté: ¿Por qué no vamos nunca a buscar esa maldita pelota? Él escupió un poco de tabaco al suelo y luego dijo:
O miras o juegas. No dijo nada más. O miras o juegas.
(CITY, Alessandro Baricco)
-¿Es un profesor tuyo?
-Más o menos. No está en la escuela
-¿No?
-Siempre está al borde de un campo de fútbol, justo detrás de la portería. Estamos juntos allí los dos. Y miramos ¿comprende?
-Sí
-Pues bien, quería decir que de vez en cuando alguien chuta, y la pelota acaba fuera, detrás de la portería, pasa incluso cerca de nosotros, a veces, y luego se detiene un poco más allá. Entonces, el portero, generalmente, da algunos pasos fuera del campo, nos ve y grita: la pelota, por favor, la pelota, gracias. Y el profesor Taltomar nunca se mueve, sigue mirando el campo, como si nada hubiera pasado. Decenas de veces ha ocurrido eso, y nosotros nunca hemos ido a buscar esa pelota ¿comprende?
-Sí
-¿Sabe?, el profesor y yo no es que hablemos mucho, miramos y punto, pero un día me decidí y se lo pregunté: ¿Por qué no vamos nunca a buscar esa maldita pelota? Él escupió un poco de tabaco al suelo y luego dijo:
O miras o juegas. No dijo nada más. O miras o juegas.
(CITY, Alessandro Baricco)